En agosto: Carballeda
El concello de Carballeda de Valdeorras se convierte en un paraíso terrenal durante el mes de agosto: piscinas naturales, Camiño de Inverno y el hotel más alto de Galicia. La montaña y el río crean la sinergia perfecta en un verano para recordar.
La entrada a un hogar majestuoso debe estar lleno de esplendor. Así ocurre en la comarca de Valdeorras, en la que el municipio de Carballeda recibe a los visitantes con un paisaje embriagador donde se puede pasar de apenas 400 metros de altitud a los más de 2.000 que tienen algunos de los picos montañosos ubicados en el término municipal.
La tierra de Valdeorras no solo encandila a propios y a visitantes, sino que además supone en sustento de las personas que la habitan, y así lo ha hecho desde hace milenios. Cuando los romanos buscaron los aluviones auríferos del Sil, alemanes y aliados el wólfram de sus montañas y, actualmente, cuando las empresas nutren al mundo con la pizarra de sus entrañas.
En Carballeda se suceden los lagos naturales y artificiales con bosques singulares y vaguadas repletas de exuberante vegetación con montañas casi permanentemente nevadas en las que alojarse. Carballeda es un canto a la naturaleza como disfrute y modo de vida.
Un refrescante baño
Desde lo más bajo a lo más alto, así se recorre Carballeda. Un magnifico lugar en el que refrescarse en verano y huir del calor de otras zonas. No solo la sombra de su abundante vegetación impide que el termómetro ascienda a temperaturas prohibitivas sino también sus lugares creados —por la naturaleza o por el hombre— para refrescarse.
Uno de ellos es el Embalse de Pumares, a 400 metros de altitud. Con una vegetación típicamente ribereña, en el embalse anidan diversas especies de patos. Pero sin duda el lugar por excelencia para pasar el verano en Carballeda, son las piscinas naturalizadas de Sobradelo. Un complejo a orillas del río Sil cuya agua no lleva tratamientos químicos.
Jacuzzi Piscina natural Cafetería
Dicha área está formada por dos piscinas infantiles, —una depurada con sal marina—una grande y un jacuzzi. Todo integrado con el entorno natural que ofrece el río y en el que el suelo, de PVC, evita quemarse los pies. Además, ofrece a los más pequeños la posibilidad de divertirse con la arena.
Malecón y Ponte Nova
Cercano a las piscinas se encuentra el Malecón, el paseo que bordea el río y la historia de Carballeda. Sobre el Sil, con el fin de salvarlo, se halla uno de los puentes más originales y monumentales de la zona, Ponte Nova. Compuesto por siete arcos de piedra roja del país, tiene un sitio relevante en la historia: en la Guerra de la Independencia contra los franceses, el Abad de Casaio, Juan Ramón Quiroga, al frente del ejército de voluntarios de Valdeorras, mandó derribar el arco principal para evitar el paso de las tropas enemigas al otro lado del Sil. Se había construido entre los siglos XVI y XVII, tras ese incidente, tardó bastante tiempo en repararse, pero finalmente se hizo a finales del siglo XIX.
Hace tan solo unos días, la alcaldesa María del Carmen González presentó el proyecto de mejora del citado entorno cuyo presupuesto asciende a 255.168 euros con cargo a las arcas municipales. A su vez, la Xunta asumirá la rehabilitación de la construcción, en cuyo estudio ya trabaja.
Fonte da Cova
Como ya se ha citado, la magia de Carballeda viene dada por su naturaleza montañosa y ribereña. Así, la montaña de Peña Trevinca supone el techo de Galicia. En su ladera se ubica Fonte da Cova que guarda los únicos remontes para la práctica del esquí en esta montaña.
En esta zona, a 1.800 metros sobre el nivel del mar, y guardando la tipología de las viviendas tradicionales con piedra y pizarra se alza el hotel de Fonte da Cova, reabierto hace unos días. Este complejo está compuesto por 20 habitaciones —individuales, dobles y triples— distribuidas en tres edificios, y que también han mejorado y cuyas vistas son incomparables tanto en verano como en invierno, donde las nieve es casi la única protagonista. Todas ellas cuentan con baño propio y disponen de plaza de garaje ya que las condiciones meteorológicas de la zona son muy adversas en los meses de invierno. Además, su restaurante, formado por tres comedores, ofrece comida de carácter tradicional durante la semana y con un toque de vanguardia en los fines de semana.
El bosque mágico
Nadie puede visitar Carballeda sin conocer el Teixadal de Casaio, uno de los mayores bosques de tejos de toda Europa, datados en la época terciaria.
Esta zona húmeda, agreste y preciosa se forma como una construcción en la que las ramas se entretejen para formar un verdadero techo que provoca que la temperatura descienda unos grados al adentrarse en él. Situado a una altitud de entre 1.300 y 1.700 metros, tiene una superficie de 2 hectáreas y, aunque su acceso es difícil, merece la pena aprovechar una mañana para adentrarse en este bosque absolutamente singular. Se trata de un conjunto natural protegido. Además de tejos, también pueden encontrarse robles, acebos y avellanos. Relativamente cerca del Teixadal está otro bosque interesante, Foio Castaño, por su gran variedad de especies arbóreas.
Camino de peregrinaje
Como ya se ha citado, Carballeda supone el punto de llegada a Galicia, la entrada desde tierras bercianas a esta comunidad y así ocurre también en el Camiño de Inverno.
Tras dejar atrás, en una primera etapa, Las Medulas, el Camiño de Inverno llega a tierras valdeorresas. Aunque existe una variante, son muchos los peregrinos que deciden transitar por la zona de Carballeda admirados por su flora y fauna y discurriendo de forma paralela al cauce del Sil cuyos saltos acompañan en todo el tramo al peregrino.
Así, todo el municipio de Carballeda de Valdeorras se convierte en un lugar idílico en el que disfrutar del verano bebiendo de sus parajes.