Las Casas Nido ofrecen una oportunidad a niños, padres y profesionales en el medio rural

Las Casas Nido son una oportunidad. No solo para los padres que viven en el medio rural sino también para los profesionales que pueden desarrollar su labor en estos lugares.

En la comarca han sido dos las que se han abierto. En concreto en Manzaneda y en A Veiga. La primera de ellas abrió sus puertas el 17 de noviembre de la mano de Iría. Actualmente son cuatro niños los que acuden, de entre ocho meses y dos años. En total cuenta con cinco plazas para niños de entre tres meses y tres años. “La atención es individualizada”, explica Iría quien matiza que pueden tener diez niños aunque no de manera simultánea.

“Soy maestra y en 2015 ya oí hablar de esta posibilidad”, señala y añade que conocía también la actividad Madres de Día y le gustaba esta opción. “Hubo unos cursos para este tipo de casas nido pero no pude hacerlo. Cuando vi que no tenerlo no era excluyente para presentar el proyecto me decidí y fue aceptado”, concluye.

En A Veiga ha sido una vecina de Viana do Bolo quien se decidió a abrir la Casa Nido. Soraya Rodríguez abrió Meniñeiro el pasado 13 de diciembre con cinco niños matriculados. “Estoy muy contenta con la experiencia” señala Rodríguez quien advierte que algunas familias no tenían niños porque no disponían de guarderías durante su jornada laboral.

“El alcalde fue quien me animó”, destacó Soraya quien estudió un ciclo de educación infantil. Desde el Concello, además, le buscaron el bajo de alquiler, en el centro de A Veiga.

Esta ha sido la primera convocatoria de la Xunta para la puesta en marcha de este servicio orientado a la atención de niños de entre tres meses y tres años que residan en municipios de menos de 5.000 habitantes.

Un servicio que oferta cinco plazas por cada instalación que deben ser ocupadas preferentemente por vecinos empadronados en el mismo municipio -aunque si hay vacantes pueden incorporar a otros de localidades cercanas en las que no existan instalaciones similares-, y que no tiene coste alguno para los padres. Al menos hasta 2019. Esa es la fecha que alcanza el compromiso de gratuidad adquirido inicialmente por el gobierno autonómico para probar un modelo que funciona con éxito desde hace años en otros países europeos como Alemania, Suiza, Francia o Inglaterra, y que en España tuvo como pioneros a los navarros.

La atención en este tipo de instalaciones se ajusta a un modelo distinto al de las escuelas infantiles. Se persigue que el niño tenga un cuidado y un trato similar al que recibirían en su domicilio y el horario también es flexible ya que, aunque se estipulan ocho horas de servicio por jornada de lunes a viernes, se fijan adaptándose a las necesidades de los usuarios.

El presidente de la Xunta avanzó que se abrirá en este año una segunda línea de ayudas, que ya ha sido incluida en los presupuestos, para duplicar la oferta con treinta casas más.