viernes. 19.04.2024
Iría Fernández, psicóloga del Centro de Psicología Resiliencia
Iría Fernández, psicóloga del Centro de Psicología Resiliencia

«Se puede ser una persona activa que lleva a cabo sus obligaciones y rutinas y descansar de vez en cuando, no es incompatible»

Vivimos en una sociedad en la que se nos impone que tenemos que producir. Nos promueven la falsa idea de que debemos de tener una vida ocupada, porque si no es así, no tenemos tanto valor personal. Es por ello que acumulamos tareas, quedándonos casi sin tiempo para no hacer nada. Es más incluso en fechas como las que estamos, la Semana Santa, que en la mayoría de los casos es sinónimo de vacaciones festivos, no sabemos parar. Hoy, desde el Centro de Psicología Resiliencia, Iría Fernández nos explica los motivos por lo que se genera esta situación y su solución.



«Hay personas sin tiempo libre por propia voluntad», es decir, aquellas que evitan tener momentos de ocio y desconexión. Son aquellos que temen detenerse, quien experimenta malestar en los momentos de inactividad y cuando no se le exige otra cosa más que disfrutar del momento. «Abundan los que por su carácter activo y proactivo siempre tienen la necesidad de mantenerse en movimiento». Son, por ejemplo, esas personas que en sus vacaciones no pueden estar disfrutando un rato en la piscina o la playa y necestian hacer actividades.

Hay otra esfera que resulta un poco más problemática y que es necesario considerar: quien no concibe disponer de un instante de inactividad. «El hecho de disponer de una rutina fija llena de tareas y actividades actúa como válvula de escape y también de olvido».

Es importante tener claro que «el problema no está en quien durante unas horas al día elige no hacer nada y opta de manera saludable por descansar. Quien se regala tiempo de ocio se está regalando calidad de vida». En cambio, las personas que están «continuamente con el “tengo que y debo que” son quienes encierran en ocasiones realidades problemáticas».

Todo esto es fruto de la educación recibida en nuestra familia o el ser personas responsables en exceso. «Deben interiorizar y decirse a sí mismos que practicar el no hacer nada es beneficioso y no nos convierte en unos vagos, ni mucho menos, sino en personas que necesitan descansar y disfrutar de otras cosas que no tengan nada que ver con producir o trabajar».



El ocio también es salud, el hecho de no hacer nada en algún momento del día puede ser beneficioso. No hay que esperar a tener vacaciones para permitirnos esos instantes de calma e inactividad.« Regalarnos dos o tres horas de calma y quietud reinicia, reduce el estrés, potencia la creatividad y revierte en salud mental».

Se puede ser una persona activa que lleva a cabo sus obligaciones y rutinas y descansar de vez en cuando, no es incompatible.

Si desea escuchar la entrevista completa, pinche en el siguiente enlace:

Saber descansar y "no hacer nada", clave para nuestra salud mental