Isabel Gavela recomienda "Pasiones carnales" de Marta Robles
Marta Robles ha revisado nuestra historia en busca de aventuras amorosas y sexuales que protagonizaron reyes, reinas, mandatarios y otros poderosos
Un sábado más, Isabel Gavela, de Librería Praxis, nos trae la novela recomendada para esta semana, que en esta ocasión es “Pasiones carnales”, de Marta Robles. Además, ha informado de la lista de los libros más vendidos en la tienda:
- Sira , de María Dueñas
- El juego del alma, Javier Castillo
- El arte de engañar al karma, Elisabeth Benavent
- Independencia, de Javier Cercas
- Castellano, Lorenzo Silva
"Pasiones carnales"
Un recorrido diferente por la historia de nuestro país en el que descubriremos las facetas más íntimas de reyes y reinas: desde la adicción al sexo de Felipe IV, hasta los secretos mejor guardados como el de María Luisa de Parma, que llegó a asegurar antes de morir que ninguno de sus hijos eran de su marido, el rey .
La trastienda de la historia de España está llena de jugosos episodios, repletos de pasiones carnales, que alteraron el curso de los acontecimientos o los cambiaron por completo sin que oficialmente se reconozca.
Marta Robles ha revisado nuestra historia en busca de todas esas aventuras amorosas y sexuales que protagonizaron reyes, reinas, mandatarios y otros poderosos: desde Rodrigo, el último rey visigodo del que Marta Robles nos cuenta que tras una batalla nunca apareció su cadáver, por más que sus súbditos lo buscaron, si queréis saber por qué, está en el primer capítulo, hasta Alfonso XIII, pasando por los demás representantes de las dinastías Astur, Borgoñona, Trastamara, Habsburgo y Borbón. ¿A que no recordabais tantas dinastías distintas?
El resultado demuestra que, lejos del puritanismo de la historia oficial, los protagonistas de nuestra historia -acompañados por sus consejeros, válidos, ministros, cortesanos, esposas, concubinas e hijos legítimos o ilegítimos- no solo batallaron y gobernaron, sino que además gozaron y se divirtieron mucho más que el resto de los mortales, que para eso eran reyes y tenían poder sobre el resto de los mortales. Y también que todos ellos, fueron vulnerables al amor.
Recordad a la pobre Juana, Juana la loca. Aclamada por sus súbditos, y loca de amor por su esposo fallecido, Felipe el Hermoso, que en los cuadros de la época no parecía tan hermoso. Sometida por este, por su padre Fernando el Católico, que fue el que la encerró y por su hijo, Carlos I de España y V de Alemania, que aprovechó la coyuntura para seguir gobernando en su nombre…, y la pobre así siguió, loca y encerrada hasta la muerte.
Felipe II, tan serio él, y con una corte tan austera, y esa colección de pintura erótica tan importante, con la que incluso viajaba.
Felipe IV, el Rey al que retrató Velázquez, y el que en vez de gobernar se dedicó a vivir la vida. Como todos los reyes de la época pensaba que si pecaba y luego se confesaba, ya estaba perdonado. Mantuvo correspondencia con sor María Jesús de Agreda durante más de 20 años para aliviar sus pecados.
Pero también hubo reinas un poco atrevidas par la época, María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV y amante de Godoy, la que os decía que por despecho o por…aseguró antes de morir, que ninguno de sus hijos era hijo del rey.
Fernando VII El deseado, que volvió de Francia convertido en liberal, solo se preocupaba de sí mismo, se cargó la constitución de 1812 y perdió los territorios de América. Eso sí, nos dejó una hija con María Cristina de Borbón, que después de la regencia de su madre se convertiría en Isabel II a la que casaron con Francisco de Asís, a quien el pueblo conocía como Paquita Natillas…Una Borbón…
En resumen tenemos en nuestra mano un libro lleno de sorpresas y curiosidades íntimas –a veces subidas de tono-, con frecuencia interpretadas por personajes insospechados, pero por supuesto siempre poderosos, a los que ese poder era el que les daba el atractivo, porque para comprobar lo atractivos que eran no tenéis más que visitar el museo del prado .