Isabel Rodríguez, una gran persona y mejor profesora que dice adiós al Colegio Pablo VI
Isabel se jubila tras más de 40 años de enseñanza a los más pequeños de este colegio. Se va, pero su huella se queda en sus alumnos y ese Colegio Pablo VI al que tantas horas, amor y entrega ha dedicado
Es momento de despedirse. Este jueves el Colegio Pablo VI de A Rúa dice adiós a una de sus profesoras más queridas, Isabel Rodríguez. Es momento de disfrutar de la jubilación más que merecida tras más de 40 años dedicada a la enseñanza.
Isabel ha dejado una gran huella en todos sus alumnos y compañeros. Su dedicación a la enseñanza es incuestionable y es que lo de Isabel es vocación. Desde niña amaba enseñar a quien tenía alrededor: a calcetar, a hacer ganchillo, a pintar... Porque ella es una apasionada de las manualidades.
Tras sus estudios, accedió a las prácticas en 1980 en el colegio Nuestra Señora de Fátima de A Rúa, donde se quedó hasta el día de hoy. Durante todos estos años ha dedicado su cuerpo y alma a enseñar haciendo el aprendizaje divertido para los más pequeños de este cole.
Seguro que todos los que han pasado por sus aulas tienen un gran recuerdo de su "profe" Isabel, muy querida también por los padres.
Su compromiso no solo se limitó a las aulas, sino que también se extendió a actividades extraescolares, como la cocina y las manualidades, creando un ambiente enriquecedor y divertido para aprender.
El Colegio ha querido también despedirla dedicándole unos versos de Juan Ramón Jiménez, qué sirven para reflexionar, no con tristeza y nostalgia del tiempo pasado, sino con el optimismo y alegría, de que aunque nosotros nos vayamos, todo sigue, y vienen otros detrás que con esa ilusión de la juventud continúan y mejoran lo que nosotros iniciamos: “Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario”
Isabel se va, pero su huella se queda en sus alumnos y ese Colegio Pablo VI al que tantas horas, amor y entrega ha dedicado.