Gustavo Rodríguez: una vuelta a las aulas pero desde el otro lado
Si hay un lugar que ha marcado la vida de Gustavo Rodríguez, ese es el Colegio Pablo VI. Lo vio crecer como alumno y, años después, lo recibe de nuevo como Jefe de Estudios. Su historia es la de alguien que encontró su verdadera vocación en el camino y que, ahora, quiere devolver al centro lo que un día le dio. Sentado en su despacho, rodeado de apuntes y proyectos, Gustavo habla con pasión sobre educación, innovación y el papel del docente en un mundo en constante cambio.
Nacido en Monforte en 1977, Gustavo inició su formación en el colegio Nuestra Señora de Fátima, para luego pasar al Colegio Pablo VI, donde cursó la antigua EGB, Bachillerato y COU. Sin embargo, su primer destino profesional no fue la enseñanza, sino la arquitectura técnica, carrera que estudió en la Universidad de A Coruña.
«Desde 2001 trabajé en distintos sectores en Vigo, hasta que mi vida dio un giro con mi matrimonio con Sandra Alejandre y el nacimiento de nuestra hija, Clara», recuerda. Fue entonces cuando decidieron regresar a A Rúa, impulsados por el amor a su tierra y su familia.
En 2016, decidió dar un paso diferente y se formó en el ámbito educativo, cursando un máster en formación del profesorado. Sus prácticas en el Colegio Pablo VI marcaron un antes y un después: «Desde el primer día, supe que enseñar era lo mío». Su conexión con los alumnos fue inmediata, lo que lo llevó a impartir Tecnología, Matemáticas y Plástica. Hoy, tras varios años como tutor de Bachillerato, toma el relevo de Avelino García Ferradal como Jefe de Estudios.
Gustavo lo tiene claro: «Nadie olvida a un buen profesor». Con esta frase como mantra, defiende una educación basada en la motivación, la cercanía y la adaptación a los tiempos actuales. «El mayor reto de la enseñanza hoy en día es captar la atención de los alumnos en un mundo lleno de estímulos», explica. No ve la tecnología como un enemigo, sino como una aliada bien utilizada: «El problema no es la pantalla en sí, sino el tiempo que se le dedica. Equilibrar su uso es clave».
Pero la verdadera innovación en las aulas, según él, no siempre pasa por lo digital. Las experiencias y el aprendizaje son fundamentales para la vida. En este sentido, apuesta por metodologías como el aprendizaje-servicio, donde los alumnos aplican conocimientos mientras contribuyen a su entorno.
Más allá de los exámenes: enseñar para aprender
Uno de los puntos en los que Gustavo es más crítico es el modelo de evaluación tradicional: «Muchos alumnos memorizan solo para aprobar y, al cabo de unos días, olvidan todo». Su propuesta es clara: dar más peso a la aplicación práctica del conocimiento, fomentando competencias reales. «No se trata solo de aprobar exámenes, sino de aprender a pensar, cuestionar y resolver problemas», insiste.
Para ello, aboga por docentes con formación actualizada y con capacidad de escuchar a sus alumnos. «Puedes tener todos los títulos del mundo, pero si no conectas con los estudiantes, no eres un buen profesor», afirma con contundencia.
Si hay algo que destaca del Colegio Pablo VI, es su fuerte compromiso con la inclusión educativa. «No basta con hablar de valores; hay que vivirlos. La diversidad no se aprende en los apuntes, sino en la práctica diaria», dice convencido. Para él, la educación debe integrar a todos los alumnos, adaptándose a sus necesidades sin caer en una enseñanza rígida. «Si quiero que mis alumnos practiquen la inclusión, debo ser el primero en aplicarla».
Ahora, como Jefe de Estudios, Gustavo tiene claro su objetivo: seguir impulsando un modelo educativo basado en la innovación, la cercanía y la formación integral de los estudiantes. «Mi propósito es que el Colegio Pablo VI siga siendo un referente en educación inclusiva y en metodologías activas, pero sin perder de vista lo esencial: formar personas con valores, curiosidad y pensamiento crítico».
Desde el aula donde un día fue alumno hasta el despacho donde hoy toma decisiones clave, Gustavo Rodríguez representa el espíritu de aquellos que vuelven a casa no solo para recordar, sino para construir el futuro.