Verifactu retrasa su llegada y provoca desconcierto en empresas y autónomos

Verifactu retrasa su llegada y provoca desconcierto en empresas y autónomos
El Gobierno sorprendía este martes con la decisión de ampliar hasta el 1 de enero de 2027 la obligatoriedad de implantar el sistema de facturación Verifactu para empresas y autónomos

La decisión del Gobierno de retrasar un año la entrada en vigor de Verifactu ha generado alivio… y también muchas dudas. El anuncio llegó a solo 28 días de que autónomos y empresas comenzasen a trabajar con el nuevo sistema de facturación conectado en tiempo real con Hacienda. «Todos estábamos con la mosquita detrás de la oreja», comenta Óscar Yañez, asesor informático de APP Informática, que reconoce que el sector percibía que algo no encajaba: apenas un 8% de las empresas estaban conectadas.

Durante semanas, gestorías, autónomos y asociaciones empresariales habían pedido una prórroga. La adaptación exigía cambios profundos en la digitalización, formación y uso de nuevos programas. Muchos, dice Yáñez, estaban «agobiados y estresados por lo que se nos venía encima». Finalmente, la prórroga ha llegado… pero acompañada de un nuevo escenario de incertidumbre.

Un 8% ya estaba conectado: ¿y ahora qué ocurre con ellos?

El experto explica que el anuncio lo hizo Hacienda este martes, pero que aún no existe un Boletín Oficial del Estado que detalle qué pasa con las empresas que sí se adelantaron y ya implementaron Verifactu. «Es la duda que tenemos todos», señala.

¿Pueden revertir la conexión? ¿Podrán convivir dos sistemas? Según Yáñez, es probable que quienes ya lo tengan implantado sigan funcionando con esos programas, aunque no exista obligación inmediata. «Has abierto una puerta. No sé si es muy bueno decirle a Hacienda “vete”», apunta.

Lo que sí tiene claro es que la prórroga no implica renunciar al modelo: «No han dicho que se olviden de Verifactu. Esto es una prórroga, nada más». El experto insiste en una idea: la clave no está en la conexión con Hacienda, sino en aprender a manejar el programa de facturación. Muchos negocios —sobre todo los menos digitalizados— no estaban preparados para trabajar con software de gestión, ni siquiera para manejar tareas básicas del ordenador.

Por eso recomienda aprovechar el año adicional para instalar y familiarizarse con el software, aun sin conectarlo todavía: «Es muy distinto que, llevando meses con el programa, te digan “ahora nos conectamos”. No cambia nada en tu forma de trabajar, solo que Hacienda ve en tiempo real tus facturas».

Según explica, el funcionamiento del programa una vez llegue la obligación será el mismo: emitir facturas sin eliminarlas, hacer rectificativas cuando proceda y seguir protocolos que ya estaban previstos. Su temor es que vuelva a repetirse el patrón: «La mayoría va a esperar otra vez hasta final de año. A la gente le da mucha grima que Hacienda te esté controlando».

Inversiones hechas… y el temor a que todo vuelva a cambiar

La prórroga ha dejado a algunas empresas en una situación delicada: ya habían realizado inversiones importantes para adaptarse. Yáñez menciona casos de softwares «de más de 15.000 euros» hechos a medida y de equipos que ya habían formado a su personal. Ahora se sienten desconcertadas.

Pero recuerda que nada está perdido: «Al final quedan digitalizados. Tienes un programa preparado para lo que te van a obligar. Y eso es bueno». El problema añade, es la incertidumbre. Si en un futuro cambia el Gobierno, todo podría variar de nuevo. Aun así, cree que la digitalización será inevitable tarde o temprano y que quienes ya dieron el paso estarán mejor posicionados.

A pesar del aplazamiento, Yáñez es claro: «Mi recomendación es que no lo dejen». Las empresas que ya habían modernizado equipos informáticos o adquirido software no deberían paralizar el proceso. Y las que aún no han empezado deberían aprovechar para avanzar sin prisas. «Si algo va a cambiar, hazlo bien desde el principio», señala. En su experiencia, quienes se resisten suelen acabar agradeciendo el salto digital después de unos meses: «Todos dicen “qué guay, ahora ya lo manejo”».

APP Informática vivía semanas «de no dar abasto» por el volumen de consultas y la tensión acumulada entre los clientes. La prórroga da un respiro al sector, aunque Yáñez recuerda que la presión no desaparecerá: «La gente sentía que un señor de Hacienda iba a estar mirando cómo hacía una factura». La realidad, según las explicaciones oficiales, es diferente: los datos quedan en los servidores y Hacienda solo los revisa si lo considera necesario.

Puedes escuchar aquí la entrevista completa: