Sumar Galicia denuncia la «inacción» de la Xunta ante las escorrentías de ceniza en Valdeorras

Sumar Galicia denuncia la «inacción» de la Xunta ante las escorrentías de ceniza en Valdeorras

El Movemento Sumar Galicia ha mostrado su «profunda preocupación» por la situación que atraviesan varios municipios de Valdeorras tras las lluvias posteriores a los incendios de este verano, que arrastraron toneladas de ceniza y tierra quemada hacia los manantiales. Según la formación, este fenómeno ha provocado cortes y restricciones en el suministro de agua potable y pone en riesgo la calidad de las traídas de varias localidades de la comarca.

Desde Sumar Galicia consideran «inaceptable» que, después de uno de los veranos más duros en materia de incendios de la historia reciente, la Xunta de Galicia limite su actuación a «medidas superficiales» y no haya puesto en marcha un plan integral de limpieza, reparación de captaciones y protección de los sistemas de abastecimiento.

Java Torrente, co-coordinador comarcal del movimiento en Valdeorras, asegura, en una nota de prensa, que la situación «evidencia la falta de compromiso real con la seguridad del agua y con la protección del medio ambiente». En su opinión, no se trata solo de un problema técnico, sino de «una cuestión de gestión responsable y de prevención», y advierte de que la falta de medidas eficaces «supone un riesgo directo para la población y para los recursos naturales de la comarca».

La formación reclama a la Xunta la activación inmediata de un plan de emergencia que incluya inspección y reparación de las captaciones, limpieza de las laderas quemadas, dragado de sedimentos y la instalación de sistemas de contención de ceniza y lodo en las zonas de mayor riesgo. También pide fondos extraordinarios para apoyar a los concellos afectados y un proceso de coordinación «transparente y con participación ciudadana» para prevenir futuras escorrentías y garantizar la calidad del abastecimiento.

En el comunicado, Sumar Galicia advierte de que, si no se actúa con rapidez, Valdeorras podría seguir siendo «víctima de un abandono institucional grave», con consecuencias irreversibles para el agua potable y el medio ambiente local.