Cerca de 7.000 personas piden en A Gudiña un tren útil
A las seis de la tarde, media hora antes del inicio oficial, ya era evidente que la convocatoria iba a desbordar todas las expectativas. Bajo un sol abrasador, con temperaturas por encima de los 30 grados, comenzaron a llegar autobuses desde O Barco, Larouco y otros muchos concellos de la provincia. También acudieron vecinos en coches particulares desde Verín, Viana, Trives, Valdeorras, Zamora, León e incluso desde el norte de Portugal. Gente de todas las edades, pancartas en alto y una consigna común: recuperar un tren que sirva a la vida cotidiana del rural.
La manifestación partió puntual a las 18.30 desde la estación vieja de tren de A Gudiña. Cerca de 7.000 personas recorrieron, mientras coreaban consignas en defensa del tren, el kilómetro largo que separa la antigua estación de la de alta velocidad Porta de Galicia. Sombreros, agua y abanicos para combatir el calor acompañaban a los manifestantes. Aunque el recorrido oficial finalizaba en sus inmediaciones, los asistentes decidieron avanzar hasta la misma puerta del edificio, en un gesto simbólico que fue autorizado por las fuerzas de seguridad.
Apoyo institucional transversal
La movilización, convocada por la plataforma Dereito ao Tren, dejó una imagen poco habitual en Galicia: representantes de todos los partidos políticos caminando juntos. Entre ellos, el presidente de la Diputación de Ourense, Luis Menor; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices; el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome; el director de Turismo de Galicia, Xosé Merelles; y el diputado del PP Celso Delgado. Por parte del PSdeG-PSOE acudieron el secretario provincial, Álvaro Vila, numerosos cargos públicos y la senadora del BNG Carme Da Silva.
También participaron alcaldes y alcaldesas de los concellos más afectados por los recortes en las frecuencias ferroviarias. Por parte de Valdeorras estuvieron Alfredo García, el teniente de alcalde Aurentino Alonso, acompañados por algunos concejales; Patricia Lamela, desde Larouco; y Miguel Ángel García, de O Bolo. También acudió Xosé Miguel Pérez, de San Xoán de Río y Melisa Macía de Vilariño de Conso, entre otros. Todos ellos caminaron junto a los vecinos, en una protesta que trascendió ideologías.
El manifiesto: emoción, memoria y reivindicación
Una vez terminado el recorrido, el acto central se celebró en un espacio habilitado a unos 100 metros de la estación, donde se había instalado el escenario para la lectura del manifiesto. Allí, visiblemente emocionado, el actor Rubén Riós —presidente de la plataforma convocante— tomó la palabra.
Comenzó pidiendo un aplauso para los vecinos de Vilardevós, que en ese momento luchaban contra un incendio, y para los que ya no están: «Os nosos antergos, que nos ensinaron o amor polo rural». Agradeció el esfuerzo de todas las personas que hicieron posible la movilización y, antes de leer el manifiesto, lanzó un mensaje al presidente de Renfe: «Pedimos desculpas públicas por chamarnos perdedores. Non o somos. Non xogamos esa partida, pero defendemos o que é noso».
El texto, acompañado por gritos como «O rural é unido! Xamais será vencido!», denunció que la eliminación de trenes desde el 9 de junio ha dejado a miles de personas sin acceso a servicios básicos y amenaza con condenar la estación al cierre. «Queremos ver pasar o tren, que pare e que sexa útil», proclamó el manifiesto.
Valoraciones al cierre: preocupación y firmeza
Al finalizar el acto, las valoraciones coincidieron en destacar el éxito de la jornada, pero también en señalar la necesidad de que no quede en un hecho aislado. Rubén Riós habló de una manifestación histórica, pero subrayó: «Isto non é un éxito. Este é só o primeiro paso. Se non hai respostas, haberá máis mobilizacións. Xa traballamos para levar isto a Vigo, a Madrid e, se fai falta, a Bruxelas». Alertó, además, del riesgo de que la reivindicación se diluya si no se mantiene la presión social e mediática.
Aurentino Alonso, teniente de alcalde de O Barco, destacó que la comarca respondió «moi positivamente» y que la alta participación demuestra una preocupación real de la ciudadanía: «A xente quere que a estación recupere os servizos que tiña». Desde Valdeorras partieron al menos dos autobuses desde O Barco y otro desde Larouco, además de numerosos coches particulares.
Por su parte, Xosé Merelles, director de Turismo de Galicia, defendió que el oriente ourensano «non pode perder unha oportunidade como esta». Recordó que se trata de un territorio con gran potencial en geoturismo y que la conexión con Madrid es fundamental: «Non é admisible esta situación. Necesitamos frecuencias razoables para fixar poboación e garantir o desenvolvemento».
Desde el PSdeG-PSOE, Álvaro Vila insistió en que la movilización es una llamada de atención para el Gobierno central: «Non pedimos luxos, senón horarios útiles que permitan estudar, acudir a unha cita médica ou ir e volver a Madrid no mesmo día». Recordó que esta «non é unha loita puntual, senón estrutural» y pidió corregir una «discriminación territorial inadmisible».
La movilización de A Gudiña de este sábado ha sido solo el primer paso de un conflicto que, si no se resuelve, continuará en otras plazas.