La borrasca Claudia lleva días instalada frente a la costa gallega como una visita inesperada que no encuentra el momento de marcharse. Desde el lunes, su presencia inmóvil en el Atlántico ha ido enviando frente tras frente, repitiendo escenas de lluvia, viento y cielos encapotados que ya se han vuelto parte del paisaje de la semana.
La pasada noche volvió a recordarnos su fuerza, dejando precipitaciones muy intensas en comarcas como Valdeorras y un viento que obligó a muchos a repensar si valía la pena siquiera intentar abrir el paraguas. Y, según MeteoGalicia, la historia se repetirá esta noche: más lluvia, más viento y una recomendación clara de extremar la precaución.
El sábado, sin embargo, llegará con un respiro a medias. Las lluvias seguirán, sí, pero sin la misma fiereza. Serán más intermitentes, más llevaderas, casi un murmullo frente al estruendo de las horas previas. El viento, más moderado, dejará de ser protagonista y permitirá que el día avance entre claros fugaces y chubascos dispersos. Las temperaturas, templadas para la fecha, continuarán siendo un recordatorio de que este noviembre no está siguiendo el guion habitual.
Pero será un respiro breve. El domingo volverá a abrir la puerta al cielo movido: lluvias irregulares, ambientes pesados y algún chubasco tormentoso que aparecerá cuando menos se le espere. Un día para tener el chubasquero a mano y la mirada puesta en el horizonte.
El cambio real no llegará hasta el lunes, cuando por fin se espera que la situación se estabilice y Claudia se despida. La semana entrante arrancará sin precipitaciones y con el anhelo, tímido pero firme, de que la calma dure algo más que unas horas.
Porque, después de tantos días de temporal, en Galicia ya sabemos que la lluvia forma parte de nosotros… pero incluso ella, de vez en cuando, nos concede una tregua.
