sábado. 20.04.2024

Virgina cuenta su historia y pide que se reconsidere por parte de la Xunta la decisión tomada sobre la reapertura de los centros de día

Soy la esposa de un usuario del centro de día de A Rúa. A mi marido le diagnosticaron una DFT —demencia frontal temporal— con Afasia —pérdida del lenguaje— ,y trastorno de conducta, a los 65 años. Es usuario del centro desde Septiembre de 2017.

Recuerdo perfectamente el primer día que lo llevé al centro, no paré de llorar y nunca deseé más que llegasen las 6 de la tarde. Al preguntarle, ¿qué tal? ¿te gustó? su respuesta fue: "No. Mal". Volvimos al día siguiente e hice la misma pregunta, con miedo a la contestación: "¿Qué tal? Bien, muy bien". Respiré aliviada, muy aliviada y, desde entonces, estamos los dos muy contentos de ir al centro de día.



El centro de día no solo es bueno para los enfermos, lo es también para sus familiares-cuidadores. Gran parte de los usuarios son enfermos con demencias, Alzheimer, Parkinson... Estas enfermedades neurodegenerativas son progresivas y cursan la mayoría con trastornos de conducta, y los profesionales de estos centros ayudan, y mucho, a que su deterioro físico y cognitivo se ralentice.

Cuando surgió el confinamiento, debido al Covid 19, para estos enfermos supuso un cambio muy grande y negativo, ya que su rutina se vio alterada. La rutina es fundamental para ellos. Entiendo que había que hacerlo, todos sin excepción, pero no entiendo que ahora podamos llevarlos al bar, al restaurante, a la peluquería, a ver a sus familiares... y no puedan volver a su normalidad, pero sobre todo, no entiendo que en algunas comunidades sí y en otras no.

Alegan razones sanitarias y que lo hacen por prudencia. Creo que sus familiares/cuidadores somos los primeros que no queremos exponerlos, pero también vemos como en estos tres meses han sufrido un deterioro importante. Yo me pregunto, en septiembre ¿qué garantías añadidas va a haber? Con otros tres meses más, seguramente algunos enfermos no puedan volver al centro (mi marido, por ejemplo).

Cuando vamos al médico siempre nos recalcan que nosotros, los cuidadores, debemos de cuidarnos tanto como a ellos ya que dependen de nosotros. Pues créanme, si no reabren pronto los centros de día, muchos cuidadores necesitaremos cuidados y habrá un problema añadido al que ya tenemos.

Me gustaría que cuando se tomen decisiones tan importantes se consulten a las partes mas interesadas, a nosotros, sus cuidadores. Se está equiparando el cuidado de niños —guarderías— con el cuidado de enfermos —centros de día—. Desde mi humilde opinión, quiero decir que no es equiparable, un niño está en un proceso de aprendizaje, pero estos enfermos están en el proceso inverso, desaprender.

Espero que les den una vuelta mas a esta decisión y por el bien de todos , pero sobre todo por el bien de los usuarios-enfermos la reconsideren. Estoy segura que hay otras alternativas,como por ejemplo repatirlos en 2 turnos, unos de mañana y otros de tarde, usar nuestro propio transporte, firmar un consentimiento bajo nuestra responsabilidad, en definitiva, devolver el servicio y que cada familiar haga lo que considere.

Me consta que el personal del centro de día quiere ayudarnos con nuestros enfermos, como lo hacen habitualmente, y quiero pensar que ustedes también.

Firmado: Virginia

Carta al director: «El centro de día no es solo bueno para los enfermos»