La asistencia fue multitudinaria y volvió a poblar durante unas horas esta localidad pintoresca de Vilamartín
La romería de San Cosme revivió Robledo. Esta localidad de Vilamartín, en la que tan solo residen dos personas durante el año, fue abarrotada por vecinas y vecinos del municipio y algún otro de la comarca como A Rúa y O Barco.
Todos los rincones del pueblo, uno de los más pintorescos del enclave, fue poblado para disfrutar de comidas al aire libre y participar en los actos festivos y religiosos programados para la ocasión.
A primera hora de la mañana, tal y como marca la tradición, grupos de personas optaron por desplazarse andando hasta Robledo. Ocho kilómetros de caminata cuesta arriba. Fuerza, entusiasmo y muchas ganas marcaron el paso hasta el pueblo.
Una hilera de coches interminables repartidos por los estrechos senderos de esta localidad dio fe de la masiva participación. «Veño todos os anos, é unha tradición», decía el alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, constatando la respuesta multitudinaria que tiene año tras año la romería.
La tarde fue para los bolos celtas. Eso sí, la fina lluvia que empezó a caer obligó a realizar una sesión más corta de lo habitual. El buen humor, la destreza y las ganas de compartir este juego popular infundió un espíritu vivo a las calles de Robledo.
Robledo recuperó vida durante una jornada. Hasta sus casas típicas, aquéllas que conservan el sello de la arquitectura tradicional, asomaron en sus balcones a nutridos grupos de vecinos y vecinas.
«San Cosme» volvió a poblar la localidad durante unas horas.
Texto y fotografías: Susana Prieto