San Gil recibe a los romeros en su ermita
San Gil convoca a primeros de mayo a los romeros en su vieja ermita a pesar de ser el 1 de septiembre el día de su celebración.
Las gentes de Casaio acuden por lo menos una vez al año, coincidiendo con la primavera, a San Gil viejo donde se celebra una romería dedicada al santo. La jornada comienza con una misa en la que se saca en procesión a San Gil alrededor de la ermita, continúa con una comida campestre y remata con el baile, aunque los más atrevidos se quedan a dormir esa noche para recuperar fuerzas para el camino de vuelta.
Unos caminando y otros en vehículo todo terreno, a primeros de mayo son muchos los romeros que se acercan a la capilla de San Gil para rendirle culto. El paraje recóndito fue, según el testimonio de Manuel del Teixadal, el lugar elegido por el santo para abandonar la vida terrenal.
San Gil fue monje benedictino en el monasterio de Santa María de Carracedo, en El Bierzo, y según nos comentaba Manuel restauró el monasterio de San Martín de Castañeda en Zamora del que fue abad. Se retiró para hacer oración al priorato de Santa Cruz de Casaio, cercano a Castañeda, con el monje Pedro Fresme y después a hacer vida de ermitaño a Casaio, donde cada uno de los dos monjes viven en una ermita y donde muere. Cuando Gil murió, a mediados del siglo XIII, el otro monje lo enterró en la misma ermita. Cuenta la leyenda que los últimos días de su vida el eremita Gil fue amamantado por una cierva, es por ello que su omagen aparce ligada a este animal. En el museo de las Clarisas de Monforte hay un relicario de San Gil, media figura del santo abad, calvo y de luenga barba, hábito con cogulla; llevaría en la derecha el báculo de abad, en la izquierda, la media figura de un ciervo, en la peana y sobre cartela S. EGIDIVS ABAS”.
San Gil se venera en la capilla que los vecinos construyeron encima del pueblo de Casaio a mediados del siglo pasado y allí celebran una fiesta dedicada al Santo el día 1 de septiembre.