Bienvenido al Río Galir
La salida de la ruta se encuentra en el corazón de Éntoma, desde una plaza cercana a la iglesia donde se ve la indicación de la ruta de senderismo. Alabar la señalización de este camino para los senderistas, una práctica poco dada en la zona y que sin duda agradece el caminante más “dominguero”. Al comienzo la ruta se halla indicada con paneles de madera mientras que después son indicaciones sobre lajas de pizarra. Además el camino se cruza con el Camiño de Inverno. Recuerden dar el Bo Camiño si se encuentran con algún peregrino.
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Tras un corto recorrido por las calles de Éntoma se llega a un camino para después ascender, entre pinos, ya en pleno monte con unas escaleras realizadas en la propia tierra. Caminando entre los árboles que, si se hace la ruta en un día soleado, se pueden agradecer, se llega a Os Forroxancos donde son visibles algunas de las mejores muestras de petroglifos en la zona, datados por los investigadores en la edad del Bronce.
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Salimos, siguiendo el camino, de esta zona y llegamos a otra de grandes viñedos donde ascendemos una larga larguísima cuesta, sin sombra. (Recordaremos la presencia de los arboles anteriores) Eso sí, nos da unas maravillosas vistas de Éntoma y de su paisaje ya que llegamos a un mirador donde podemos hacer un descanso. Después seguimos ascendiendo entre vegetación hasta llegar a una pista recta donde comenzará nuestro descenso. Así llegamos a la Fonte de Valdeirexa, donde podemos refrescarnos e incluso hablar con algunos de los lugareños que hasta allí se acercan a recoger agua. Seguimos hasta llegar al puente de madera sobre el río Galir para continuar caminando paralelos al río. Entre chopos llegamos a Fuente Veledo para dar a un camino bordeado de castaños, que parecen centenarios. Continuamos caminando, cuidado con las ortigas, para llegar a una presa donde se forma una bonita cascada.
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Seguimos y nos adentramos ya en Éntoma donde nos recibe su puente romano que consta de un único arco, de 6,75 metros de luz, y fue construido con lajas de pizarra y cimentado en la roca. Fue construido con grandes piedras sin labrar en su base y con lajas de pizarra formando su único arco de medio punto.
Así llegamos al final de esta preciosa ruta, de dificultad baja y que puede ser una buena alternativa al ocio en fin de semana.