María Teresa Losada, Arita, una vida dedicada a la educación
Maestra por vocación, Arita compaginaba la enseñanza con el cuidado de su casa y de sus hijos
A sus noventa años, María Teresa Losada, más conocida por todos como Arita, ha querido compartir la historia de su vida con nosotros. Maestra por vocación, dedicó su vida a la enseñanza, pero también a sus hijos y su marido. Hoy echa la vista atrás y cree que el cambio en la sociedad ha sido muy grande.
Arita era hija de labradores. Cuando apenas tenía 10 años, su profesora informó a sus padres de que era una niña que valía para estudiar y su madre no dudó en luchar para conseguirlo. Es por ello que la enviaron al Colegio Divina Pastora de Monforte de Lemos. Recuerda esta etapa de su vida como un momento muy feliz. «Era muy querida. Hacía teatro y convivía con el resto de niñas. Además, la gente pasaba hambre y nosotros allí no», confiesa.
En su casa, nos cuenta, la que mandaba era su madre, pero ambos eran muy trabajadores. «Era una vida muy triste si la comparamos con la de ahora. Pero es que lo de ahora es demasiado», asegura entre risas.
Una vez terminó su etapa en el colegio, comenzó con su carrera como maestra. Su primer trabajo fue en Córgomo y tras esto, enseñó durante 20 años en Carballal. «Iba por la mañana y llevaba a dos niños pequeños, uno mío y otro de una vecina. Después, veníamos a comer y volvíamos. Eso es muy triste y alegre a la vez, porque estaba encantada con los niños». Cuando tuvo a su hija, también la tenía que llevar caminando, o «a cuestas. Mi marido tenía coche, pero tenía que ir al bar a jugar la partida».
Además de todo esto, se hacía cargo de su madre y de su abuela. «Lo compaginaba muy bien. Hacía la comida a la noche. Después, cuando volvía, pues planchaba». Arita recuerda como siempre, desde que terminó la carrera, le ha dado su sueldo a sus padres, y después, a su marido.
Ahora, según esta luchadora, la vida es mucho mejor para las mujeres. «Antes, las jóvenes, "pobriñas", tenían que cavar como su madre e ir a la sacha de la huerta. Los hombres solo trabajaban las viñas y después iban al café. Tampoco ayudaban a criar a los niños».
Si desea escuchar la entrevista completa a María Teresa Losada, Arita, pinche en el siguiente enlace: