Rosquillas «pasadas» por la imagen del santo para aliviar los males de garganta de los fervientes devotos
Por San Blas...a Vilela irás para sanar la garganta. Esta localidad del municipio de A Rúa celebró la fiesta en honor al santo, una de las citas obligadas en la comarca de Valdeorras ya que son muchas las personas que se desplazan desde diversos puntos de la zona para rendir culto al santo.
La celebración contó con pasacalles y procesión, a partir de las 12:00 horas del mediodía. En esta ocasión, estuvo presidida por el párroco emérito Severino Pérez, que recientemente se jubiló, después de haber permanecido en la parroquia de A Rúa Vella durante más de 50 años .
Algunos fieles frotaron sobre el manto del santo las rosquillas, tal y como manda la tradición. Otros le pusieron velas. Es el caso de Antonia Barja, vecina de Portela Vilamartín quien señaló que «estoy operada de la garganta y vengo todos los años. No falto nunca y seguiré viniendo hasta que muera». Por su parte, Evaristo Rodríguez, tesorero de la Asociación de Vecinos de Vilela, recordó que para esta localidad San Blas «es el santo más importante del pueblo». Y hubo quien pronunció en alto un buen piropo para el santo «qué guapo está hoy»
San Blas es abogado de los dolores de garganta y patrono, por tanto, de los otorrinolaringólogos. Desde tiempos inmemoriales, hasta la actualidad, Vilela es el lugar por excelencia del santo. Concentra a numerosos fieles que acuden a él para pedir sus favores procedentes de todas partes, O Barco, Vilamartín, Petín y Larouco, entre otras localidades.
Manuel Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos de Vilela, sabe al dedillo su historia. San Blas fue obispo y mártir de Sebaste (Turquía), en el siglo IV. Vivía en una cueva, que convirtió en su sede episcopal. A él se dirigían las personas para tratar sus enfermedades. «La tradición de patrono de la enfermedad de la garganta viene porque salvó a un niño que se ahogaba con una espina. Ningún médico de la época podía curarlo y, en su desesperación, sus padres lo llevaron junto a San Blas y lo curó», explica.
También se le atribuye otro milagro. Sufrió las persecuciones a los cristianos y en una ocasión intentaron ahogarlo en un lago. Se puso en pie sobre las aguas e invitó a sus perseguidores a entrar a por él. Todos se ahogaron.
Sea como fuere, es ésta una de las fechas más especiales para Vilela, que Valdeorras no pasa por alto.
Redacción y fotografías: Susana Prieto