Los ramos de laurel llenaron de colorido la iglesia de A Rúa Vella

El templo de San Esteban fue abarrotada por los fieles durante el Domingo de Ramos en busca de la tradicional bendición

El Domingo de Ramos marcó el inicio de la Semana Santa. La iglesia de San Esteban de A Rúa Vella concentró a un buen número de fieles para la celebración religiosa. En este caso, la mayor parte de los ramos que se alzaron para su bendición, fueron de laurel y acebo, a diferencia de otras localidades donde sobresale la palma.

Momento de la bendición

Una hora antes del mediodía, hora marcada para la bendición, comenzaron a desfilar ya por las calles de A Rúa personas portando los ramos de laurel. «Hay que llegar con antelación porque de otro modo nos quedamos sin sitio en la iglesa», comentaba una vecina. Y así fue. El templo fue abarrotado.

La iglesia de San Esteban fue abarrotada

El Domingo de Ramos es una fecha muy especial que los fieles no pasan por alto. Eso sí, este año la cita en A Rúa Vella estuvo marcada por la «incertidumbre», sobre si se realizaría siguiendo el método de todos los años, hasta el último minuto. La jubilación hace unos meses del párroco, Severino Pérez Blanco, y las distintas parroquias que tiene que asumir el actual, obligaron a llevar las riendas de esta celebración a un sacerdote del «Pablo VI».

El sacerdote que impartió el acto religioso

Finalmente, no hubo cambios y todo salió a la perfección. La bendición y misa, cantada por el coro de la localidad, volvió a vivirse con la intensidad que marca esta jornada.

En el cristianismo, el Día de Ramos recuerda la entrada de Jesucristo en Jerusalén con sus discípulos. Las multitudes le dieron la bienvenida blandiendo ramas de laurel, de olivo y también hojas de palma, tres plantas muy habituales en Jerusalén. Por ello, para recordar esta escena, el Domingo de Ramos los feligreses llevan palmasy ramas de laurel que son bendecidas durante la misa donde se lee esta parte del evangelio.

Fieles acudiendo a la iglesia de San Esteban con los ramos de laurel

La fiesta marca el comienzo de la narración de la Pasión. En algunos hogares todavía es tradición colgar la palma bendecida en el balcón y dejarla todo el año, porque se cree que otorga protección y buena suerte. En otros, se guarda celosamente en el interior de las casas.

La Semana Santa comienza.